Libertad

4 comentarios:

  1. Con un aire de complicidad y cierta dosis de orgullo, me enseñó su nuevo tesoro, una caja llena de saltamontes. Y muy decidida me confesó:
    "Todavía son pequeños, pero les daré de comer bien y cuando crezcan mucho, me podrán llevar a pasear por el campo".

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    "Algunas veces vivimos nuestras vidas encadenados, sin saber que nosotros tenemos la llave".
    (The Eagles)

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  2. La libertad de la infancia, la libertad de disfrutar de la inocencia, la libertad de poder hacer sin que nadie te cuestione si es más hermoso un saltamontes que una barbie, y cuando esta hermosa niña de dulce mirada se haga mayor tenga que elegir entre un diamante o un viaje al lugar mas natural o extravagante de la tierra.,se sienta libre de elegir ese lugar donde seguro algo la sorprenderá como en la infancia.

    La libertad de poder disfrutar de unos simpáticos saltamontes, dejan en sus gestos de niña la capacidad de sorprender que vamos perdiendo los adultos.

    Si puedes estar horas mirando fotos, leyendo historias, compartiendo esos momentos en soledad o con amigos, si puedes disfrutar de la naturaleza donde te encuentres y te brillen los ojos con las pequeñas cosas, es que no has perdido la capacidad de sorprenderte y sigues disfrutando como cuando eras un niño,

    Si en estos momentos hechas de menos a un ser querido, o añoras esa libertad que crees haber perdido, estas a tiempo, corre, sal, grita, disfruta y vuelve a reconstruir tu capacidad de sorprender y de sorprenderte de esos entrañables momento hermosos de la vida, tu vida, no la dejes escapar.!

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  3. Qué es lo que la vida me ha querido enseñar?
    Hoy caminas tan altivo,
    antes no te podías parar.

    Mi reloj infantil seguirá marcando la una
    -si quieres te puedes burlar-
    te soñaré riendo,
    lo prefiero a verte llorar.

    Intentaba despertarte
    al echar los dados a rodar
    me he jugado la vida
    y esta banca se cobra rápido
    las apuestas sin pensar.

    A veces sueño con reencontrarte
    y como tuvo que ser siempre,
    compartir la eternidad.
    Pero ya no me queda nada que apostar.

    No me mires a los ojos,
    sabes que no soy buena para ocultar.
    Déjame cerrarlos,
    no me prives de soñar.

    Perdida entre mis sueños
    puedo volver a tomar tu mano,
    extender las velas por el río plateado,
    rodar por la hierba húmeda en tus brazos,
    enredar nuestras piernas en el tango y soltarlas en la salsa,
    viajar, sin saber a dónde llegar,
    y recordar como se siente
    la verdadera Libertad.

    No me pidas que renuncie
    a esta sutil felicidad,
    déjame verte saludándome desde aquel balcón
    testigo de nuestro amor
    cada mañana antes de despertar.

    En mi jaula infantil,
    como la Penélope del film
    "Como agua para chocolate"
    desnuda y loca entre las Palomas,
    tejo una colcha,
    fotos en blanco y negro de corazones rotos
    y algún que otro retazo de Esperanza y Libertad.

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  4. Un recuerdo a esas tardes de verano.
    Cuando el aire olía a manzana y la abuelita nos dejaba comer helado, cuando las horas pasaban despacio y amanecíamos anhelando el cielo.

    Un recuerdo a esas ratos de aventuras, persiguiendo a los grillos e inventando misterios, releyendo los cuentos y encontrando algo nuevo.

    Y un reclamo a seguirnos sorprendiendo
    A jugar, a saltar, a soñar…
    Aunque el tiempo al pasar, nos arrugue los dedos.

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