En una balsa su alma flota errante contemplando el sol consumirse en el poniente Quizás la hayas olvidado, quizás ella aun te siente Mirando el horizonte intenta distraerse de los reclamos de su corazón doliente No hay mas preocupación que el vaivén de la marea su mundo hoy es pequeño como esa balsa y a fuerza de mirar el horizonte y olvidarte paso de estar atrapada a sentirse acostumbrada no puede ver la inmensidad que la rodea va en su Góndola navegando en una Zanja hay un pensamiento que aunque evita, la merodea Lo que tienes de sabio, lo tienes de Pez y a esta altura quien es y en quien piensa ya sabes.
A veces, nuestro horizonte es la delgada línea roja de las boyas que delimita nuestro estrecho mundo, y nuestra mirada se queda anclada a diez metros de nuestros pies. A veces, el mar nos engulle y no existe la delgada línea del horizonte que separa cielo y tierra. A veces, sólo necesitamos mirar una extensión infinita sin horizonte para buscar nuestros límites. (¡Feliz Año, Gonzalo!)
Cada imagen es un mundo, y cada persona la interpreta a su manera. La intención de este foto-blog es crear una multitud de mini-relatos inspirados en una misma fotografía, enriqueciéndola con nuevos significados, que a su vez sirvan de disparador para nuevas historias. Qué ves?
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Each image is a world, and each person interprets it in his own way.
The intention of this photo-blog is to create a multitude of mini-stories inspired by one photograph, enriching it with new meanings, and acting as a trigger for new stories.
En una balsa su alma flota errante
ResponderEliminarcontemplando el sol consumirse en el poniente
Quizás la hayas olvidado, quizás ella aun te siente
Mirando el horizonte intenta distraerse
de los reclamos de su corazón doliente
No hay mas preocupación que el vaivén de la marea
su mundo hoy es pequeño como esa balsa
y a fuerza de mirar el horizonte y olvidarte
paso de estar atrapada a sentirse acostumbrada
no puede ver la inmensidad que la rodea
va en su Góndola navegando en una Zanja
hay un pensamiento que aunque evita, la merodea
Lo que tienes de sabio, lo tienes de Pez
y a esta altura quien es y en quien piensa ya sabes.
A veces, nuestro horizonte es la delgada línea roja de las boyas que delimita nuestro estrecho mundo, y nuestra mirada se queda anclada a diez metros de nuestros pies.
ResponderEliminarA veces, el mar nos engulle y no existe la delgada línea del horizonte que separa cielo y tierra.
A veces, sólo necesitamos mirar una extensión infinita sin horizonte para buscar nuestros límites.
(¡Feliz Año, Gonzalo!)