Un paso en falso y te dejaste caer En el galpón de los recuerdos Pasó tanto tiempo Que hasta olvidaste los colores y olores de tu cuerpo La humedad y el tedio opacaron tus -otras veces brillantes- pensamientos Solo el riesgo de perderlo todo podía sacudirte De tu adormilamiento. Y un buen día empezaste a cerrar los ojos Dulce tentación de dejarte embarcar en ese sueño eterno Pero con las últimas fuerzas miraste a tu alrededor Y por primera vez en mucho tiempo “viste” Que hay quien necesita de tus sonrisas Que vale la pena renacer Dejar que te toquen los rayos del sol Sentir su calor, oír las risas de los niños, Respirar profundo y volver a galopar.
A lo largo de la noche, se decidió. "Mañana será diferente; mañana, salgo". Permaneció allí, escuchando los ruidos de la calle, inmóvil, a la espara de la primera luz. Al llegar ésta, avanzó lentamente hasta sentir el calor de los rayos en su hocico. "Qué blanco es todo", pensó.
Cada imagen es un mundo, y cada persona la interpreta a su manera. La intención de este foto-blog es crear una multitud de mini-relatos inspirados en una misma fotografía, enriqueciéndola con nuevos significados, que a su vez sirvan de disparador para nuevas historias. Qué ves?
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Each image is a world, and each person interprets it in his own way.
The intention of this photo-blog is to create a multitude of mini-stories inspired by one photograph, enriching it with new meanings, and acting as a trigger for new stories.
Un paso en falso y te dejaste caer
ResponderEliminarEn el galpón de los recuerdos
Pasó tanto tiempo
Que hasta olvidaste los colores y olores de tu cuerpo
La humedad y el tedio opacaron tus
-otras veces brillantes- pensamientos
Solo el riesgo de perderlo todo podía sacudirte
De tu adormilamiento.
Y un buen día empezaste a cerrar los ojos
Dulce tentación de dejarte embarcar
en ese sueño eterno
Pero con las últimas fuerzas miraste a tu alrededor
Y por primera vez en mucho tiempo “viste”
Que hay quien necesita de tus sonrisas
Que vale la pena renacer
Dejar que te toquen los rayos del sol
Sentir su calor, oír las risas de los niños,
Respirar profundo y volver a galopar.
A lo largo de la noche, se decidió. "Mañana será diferente; mañana, salgo". Permaneció allí, escuchando los ruidos de la calle, inmóvil, a la espara de la primera luz. Al llegar ésta, avanzó lentamente hasta sentir el calor de los rayos en su hocico. "Qué blanco es todo", pensó.
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