Lluvia

1 comentario:

  1. La amargura reflejada en el cristal de la duda
    quizás desate esa doble, triple, redoble ambigüedad
    y esa comunión de espaldas (amortiguadas por la carga)
    que se concentran ante las puertas de la ínfima estación
    desaten, tal vez, el cordón que vuelve (que va y vuelve)
    tras un cien, tras un tres, tras un traspié.
    Perfilando el luto embalsamado en la sal (de un solo día)
    aguardaremos bien, hasta que los oídos nos dicten
    de un pitido, de dos, de un redoble, de tres, de cien,
    la próxima marcha, la próxima vuelta, el siguiente andén.

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